La psicomotricidad relacional o vivenciada, como bien dice su nombre, parte de la vivencia de la propia vida. Por lo tanto puede trasladarse a todas nuestras experiencias. Al igual que el enfoque de esta, puede adaptarse a las situaciones y entornos cotidianos. En definitiva a todo aquello con lo que nos relacionamos. De tal modo que puede vivirse no sólo como un trabajo específico con el cuerpo, o dirigido a salvar dificultades, sino que puede utilizarse como una filosofía de ser, de aprender y experimentar en la vida.
El objetivo último de la psicomotricidad sería el desarrollo de las capacidades de cada ser y la expresión profunda de la creatividad.
A continuación os presento un vídeo de un experto en creatividad el señor Ken Robinson, que nos cuestiona si las escuelas pueden matar la creatividad.
Desde mi punto de vista creo que muchas escuelas lo consiguen, limitando las capacidades del niño a las actividades puramente académicas, llenando sus cabecitas de conocimientos, como si de cajitas de datos se trataran. Olvidándose en muchas ocasiones de trabajar el cuerpo (profundizando en su capacidad de expresión), la mente (conectando el aprendizaje de habilidades con la realidad a través de la experiencia) y el espíritu (abordando el conocimiento de uno mísmo y las leyes que rigen el universo).
Mas información: www.sirkenrobinson.com
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